Congruencia en las noticias
NORMA MENDOZA
ALEXANDRY
Muchos de nosotros
estamos conscientes de ‘lo’ que pasa en nuestro país. Todos podemos dar nuestra
opinión, mientras haya todavía libertad de expresión.
Acabamos de leer en este
mismo sitio informativo sobre la conmemoración del “Día Internacional de
Mujeres en la Diplomacia” en la construcción de un mundo más justo,
pacífico y cooperativo (Yo Influyo, 24 junio, 2025). Se oye agradable
el propósito de esta conmemoración, aunque en la realidad, en este momento en
el que vivimos es sumamente importante la aclaración de términos para conocer
el significado de la frase.
Tomamos un ejemplo en
el que, a pesar de que se reconoce que Michelle Bachelet fue Alta Comisionada
para los Derechos Humanos, apoyó durante años en su país, Chile, el ‘derecho a
decidir’ sobre el aborto: “Sobre el proyecto que busca despenalizar el
aborto, Bachelet planteó que "el Estado tiene como tarea asegurarles a
las mujeres opciones, y que son las mujeres, de acuerdo a su propia
sensibilidad, creencias y alternativas reales, las que decidan.” Y no
olvidemos que, en el año de 1917, en una ceremonia celebrada en Ginebra, Suiza
el director de la oficina de la ONU en esa ciudad, Michael Møller, habló de
ella como “una dirigente con visión de futuro que ha contribuido a
elevar la causa del género a lo más alto de la agenda mundial”. Su
nombramiento fue “Campeona Internacional Honoraria del Género.” No sólo esto,
sino que en el 2022 cuando era dirigente de ONU-Mujeres dijo Bachellet sobre el
fallo del aborto en Estados Unidos que: “Realmente suprimir el derecho al
aborto en Estados Unidos es un duro golpe para los derechos de las mujeres.” Será
que el principal propósito de tan distinguida diplomática, ¿fue apoyar la causa
de “la mujer” independiente y sin familia?, o de la construcción de familias
fuertes, que son la base de cualquier sociedad.
Pasemos a otro
ejemplo. El Embajador de México en Alemania, F. Quiroga, declara que el principal propósito de
nuestra representación oficial en ese país es: “La embajada de México
en Alemania se asume como un área al servicio de nuestros connacionales.” Después
también describe directorios, guías, plataformas y programas que se ofrecen a
los connacionales en aquel país. Y para los mexicanos jóvenes busca
oportunidades de trabajo, estudio y desarrollo profesional.
Pero en el fondo, es
decir, en la realidad, ¿qué es lo que promueve con entusiasmo nuestra Embajada
de México en Alemania? Con gran anuncio de página completa, en su Boletín No 41
que inscribe como encabezado el Consulado de México en Frankfurt, hace una
invitación a ¿ofrecer oportunidades de trabajo o algo similar? Por supuesto que
no.
Nuestra Embajada
oficial en Alemania hace la invitación: “Una mirada íntima y divertida al
arte del transformismo latinoamericano” en tres ciudades: Düseldorf,
Frankfurt y München. Lo que anuncia con tanta importancia en página completa
del boletín oficial es lo siguiente:
- “¿Qué se necesita para ser
una drag queen? ¿Qué habilidades hay que dominar, cuántos kilos de maquillaje
hay que ponerse y cuáles son los obstáculos que hay que superar?
- Desde el corazón de
América Latina llega un espectáculo que celebra el fuego, el sabor y la pasión
de nuestras raíces. La artista drag boliviana Barbie presenta un
caso de estudio en vivo sobre el curioso y poderoso mundo de la imitación
femenina. A través de un espectáculo audiovisual, con cameos internacionales,
momentos conmovedores y mucho humor, Barbie nos invita a conocer de cerca el
nacimiento, auge y final de un alter ego.” [sic]
En este punto nos
preguntamos si esto es lo único que nos faltaba, que nuestro querido México
esté orgulloso de ¿el sabor y la pasión de “nuestras raíces”? ¿De cuáles
“raíces” está orgulloso?, las LGBTQ+ que está celebrando nuestra embajada, por
supuesto.
Ante todo esto,
preguntémonos: en un lapso de aproximadamente 12 años, muchos países incluido
el nuestro, han visto duplicarse o triplicarse la población de quienes se ven a
sí mismos como LGBT. Pero, difundir como orgullo de nuestro país algo que no se
ha comprobado que sea científico, sino meramente algo ‘cultural’ o de moda, y
que además no se informe a la población de este país que es a quienes
representa lo que promueve en el extranjero, ¿qué les parece a ustedes, los
lectores? No se preguntan ¿qué concepto tienen pobladores de países europeos
sobre este nuestro país, además de las noticias devastadoras sobre
criminalidad, desapariciones, cambios políticos, y luego este gran anuncio de celebración?
Este es un asunto
difícil de entender, pero observadores sociales notan que entre los años 1950 y
1060, cuando los niños jugaban con sus compañeros en parques o en juegos
informales de futbol callejero al aire libre, realmente se conocían unos a
otros, y prevalecían normas culturales sanas y respeto parental.
Pero al paso de los
años, los infantes permanecieron más tiempo en frente de las pantallas: tanto
televisivas, computadoras y hoy teléfonos celulares y la influencia de emisoras
progresistas y de gigantes tecnológicos del internet progresista crecieron
enormemente.
Entonces, el
resultado es adoctrinamiento sin final. Uno puede decir sin temor a equivocarse
que, entre la Generación Z, los algoritmos de aquellos que defienden las causas
izquierdistas se han convertido en el factor dominante que influye e impacta en
sus actitudes, percepciones y en sus vidas; lo que podemos decir que es el
‘lavado de cerebro generacional.’ ¿Es este el tipo de “relación cultural” que
queremos los mexicanos con Alemania y/o el resto del mundo?
Dentro de este lavado
de cerebro, entra nuestro país a mostrar al mundo que ya formamos parte de
dichas corrientes ideológicas modernas desde varios puntos descritos en este
breve artículo. Creo sinceramente que esto no traerá ningún beneficio a México,
y si la cultura es una “herramienta privilegiada y factor fundamental para el
logro de los objetivos estratégicos de la política exterior” pensemos qué tipo
de “cultura” estamos mostrando al mundo.

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