Procurar las necesidades de los demás, como templos del Espíritu Santo
Podemos renovar
nuestra mente como templos del Espíritu Santo. ¿En qué parte del camino estás? Podemos
pasar de ser esclavo del pecado a ser esclavos del camino de la justicia. Es
terminología bíblica.
San
Bernardo de Claraval
habló de los tres besos que podemos dar a Jesús: en los pies (arrepentimiento),
en la mano (amistad) y recibir de él un beso en la boca (Intimidad. Cfr. Cantar
de los cantares 1,2).
Dios quiere
que busquemos hacer y él quiere hacer nuestra Voluntad. “Venga tu Reino, ¡hágase
tu Voluntad!”. Pide lo que quieras y lo conseguirás, en orden a extender el
Reino de Dios. Tu trabajo es pedir y recibir. “Le haces un cumplido a Dios pidiéndole grandes
cosas”, decía Santa Teresa de Ávila.
Declara el Salmo
37, 4: “Pon tu delicia en el Señor y te concederá los deseos de tu corazón”.
Expone el salmista: Disfrutar de su presencia. Gózate, permanece unido, pide. Acude
a él para liberarte del espíritu de maldad. Ahora bien, el
objetivo es ante todo fortalecer nuestra fe.
Dios quiere quitar
lo que obstaculiza nuestro encuentro con Dios para que las gracias del cielo
puedan fluir a través nuestro. Hay bases bíblicas para esto. Jesús aseveró:
“Habiendo llamado a sus doce discípulos, les dio potestad para expulsar a los
espíritus impuros y para curar todas las enfermedades y dolencias” (Mateo 10,1).
“No consiste
el reino de Dios en comer y beber, sino que es justicia, paz y alegría en el
Espíritu Santo” (Rom 14, 17). La justicia pude llevar una relación recta con
Dios, luego menciona la paz y la alegría. Tenemos acceso a esas tres cosas.
La fe trae
el cielo a la tierra. La fe es una conexión, una relación, es nuestro acceso al
cielo. Pedir más fe. ¿De dónde viene la fe? de escuchar la palabra de Cristo
(Rom 10,17). Pedir una fe que mueva montañas. ¿Cómo conseguir sabiduría?
Santiago dice que hay que pedirla sin dudar. Mi trabajo es pedir, el de Jesús
es dar, él mismo nos dice: “Pide y recibirás”.
Al tratar de
nuestra incorporación a Cristo San Pablo asevera: “y con él nos resucitó y
nos hizo sentar en los cielos por Cristo Jesús, a fin de manifestar a los
siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia” (Efesios 2,6). Hay otra
forma para aumentar la fe. En el Credo decimos que Jesús está sentado a la
derecha del Padre. El trabajo del Espíritu Santo es que Jesús esté presente
aquí y allá. ¿Cuál sería la clave? el Espíritu Santo es el secreto que muestra
la realidad que Dios creó para nosotros.
Orígenes dijo: si creen que Él está sentado a
la derecha de Dios, nuestra postura para orar es: “Padre, aquí hay una
necesidad”. Jesús dice: “Ora y libera esto”, luego sucederá. Nos interesa
mover montañas.
Algunas maneras
bíblicas para liberar la presencia de Dios
Nuestra fe
es la que trae el cielo a la tierra, entonces hemos de creer que somos puerta
de entrada de Dios, además, el cielo fluirá para que vengan los bienes del
cielo a la tierra. El terreno más alto siempre gana.
La
imposición de manos (profeta Habacuc 3,4). Nuestras manos son poderosas.
Imponer las manos donde el poder de Dios se oculta (2 Timoteo, 1,6). Escuchar
lo que Dios nos dice para renovarnos y renovar la tierra.
A través de santuarios
como Lourdes, ve palpa la presencia de Dios que se derrama.
Rezar
junto al trono de Jesús a la derecha: Un muchacho vio que su amigo era muy vanidoso. Llegando a
su casa rezó por él: “En el nombre de Jesús yo libero este lugar o esta
persona de la arrogancia. Ato al espíritu de orgullo de (completar) y traigo
humildad del cielo”. Momentos después el amigo le llamó para pedirle
perdón y dijo que había caído en la cuenta de su arrogancia.
Actos
proféticos. Unos
hombres talan árboles, andan con Eliseo, pierden un hacha prestada en el Río
Jordán. Ante esa preocupación, acuden a Eliseo, quien cortó un palo, lo aventó
donde perdieron el hacha y el hacha flotó en el agua (2 Reyes, 6, 1-7).
“Te amamos Espíritu Santo, cultiva nuestro
hogar, fluye en nosotros y a través de nosotros. Danos una experiencia de esta
realidad para que cambie nuestra forma de rezar, en el nombre de Jesús”.

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