Sinodalidad
“Tú eres Pedro”
Algunos expertos
afirman que, para tener una “Iglesia Sinodal”, hay que ver al Papa como una
persona más dentro del pueblo de Dios, y, a los sacerdotes, como personas no
consagradas. A esto le llaman conversión
sinodal. (cfr. La Reforma como conversión
pastoral y sinodal, n. 175).
Hay una democracia buena en la que se ve que todos somos
iguales, no hay tiranía y hay libertad de las conciencias. Y una democracia
mala, que promueve la protesta y el Non serviam! (¡no serviré!) que
algunos pretenden introducir en el seno de la Iglesia, grito que Satanás
pronunció primero. No se dan cuenta que, por institución divina, la Iglesia
está formada por el Papa, con los obispos, presbíteros, diáconos y laicos. Esto
lo ha querido Jesús. Es imposible que pueda haber democracia en el sentido
político, entre otras cosas, porque las verdades de fe y de moral no se
determinan por mayoría de votos. Con la “reforma der estructuras” quieren
desbancar al Romano Pontífice y a los obispos, y que sea el pueblo quien elija
a sus gobernantes, cosa contraria a lo dicho por Jesucristo.
El Apóstol Pedro tenía que morir; pero su oficio de Pastor
supremo, instituido por Jesucristo, es
preciso que dure eternamente por obra del Señor, para perpetua salud y bien
perenne de la Iglesia que, -fundada sobre Roca- debe permanecer firme hasta la
consumación de los siglos (cfr. Concilio Vaticano I, Pastor aeternus, cap. 2). Por eso San Pedro ha tenido sucesores
por más de veinte siglos.
Pedro y Pablo son las primeras columnas, no sólo de la
Santa Sede romana, sino de la Iglesia universal. Los dos fueron perseguidos y
martirizados.
Ahora se persigue a la Iglesia con más violencia que en los
primeros siglos del cristianismo. Los perseguidores aparecen –descarados o
encubiertos- en más lugares, con más fuerza y con más medios. Si pueden, evitan
hacer mártires, porque quieren hacer apóstatas; o al menos, que aparezcan como
tales. Para eso, en vez de hablar de conversión
personal, hablan de conversión
sinodal.
Jamás
cesa la persecución contra la Iglesia de Jesucristo, ya de parte del león, ya
de parte del dragón, y más ha de temérsele cuando engaña, que cuando se ensaña (San
Agustín, Enarrationes in Psalmos,
39,1).
Es necesario que nos unamos, los hijos de la Iglesia, para
contrarrestar a las organizaciones comunistas, a través del conocimiento de la
sana doctrina contenida en el Catecismo
de la Iglesia Católica y en la Biblia, y a través de la adoración ante el
Santísimo Sacramento. Las palabras de Jesucristo a Pedro nos dan una gran
seguridad: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino;
y todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que
desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos” (Mateo 16,18-19).
En la Última Cerna, Jesús dio a los Apóstoles las Órdenes
sagradas, ellos son los primeros obispos, y ellos, con la ordenación de nuevos obispos
constituyen la llamada sucesión apostólica,
no interrumpida por 21 siglos, sucesión presente en la Iglesia Católica y en la
Ortodoxa.
Sinodalidad
La Sinodalidad es un término nuevo que expresa la identidad
de la Iglesia como Pueblo de Dios en camino o en peregrinación hacia el Reino.
Lo que el Papa francisco dice es muy bueno, pero se han infiltrado teólogos de
la Liberación marxista que cambian el sentido de las palabras.
En el protestantismo, el término sínodo se refiere a la asamblea responsable del gobierno de una
Iglesia, en la medida en que ha adoptado el
sistema presbiteriano sinodal. Los laicos son parte de los sínodos
protestantes, junto con los pastores. Los delegados son elegidos por las
autoridades locales. Y eso es lo que se quiere imitar.
En un material para catequesis en América Latina se lee, en
la INTRODUCCIÓN: Con el Papa Francisco se inaugura una nueva fase que genera
“un proceso de transición de una
Iglesia occidental y monocultural, que ha estado centralizada en Roma y el
primado, a otra mundial e intercultural que abre paso a la autoridad de las
Iglesias locales. Esto ha logrado desencadenar un proceso de reformas que
afectan directamente a los estilos de
vida, las prácticas de discernimiento
y las estructuras de gobierno. (Reforma
de Estructuras y Conversión de mentalidades. RETOS Y DESAFÍOS PARA UNA IGLESIA
SINODAL. ED. KHAF, n. 173).
Con este material catequético, se pretende la conversión pastoral y sinodal en la
Iglesia.
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