El ayuno es un arma espiritual formidable
El Padre Claudio Barbut de Misión Ruah - sacerdote rumano-,
explica que la gracia del ayuno sana
todo.
El ayuno es un arma fenomenal para esta época y para la
derrota del maligno. El ayuno a pan y agua es el arma principal para combatir
al maligno.
En un mensaje del 25 de febrero, la Virgen dijo en
Medujorge, que con la oración y el ayuno incluso las guerras pueden ser
suprimidas. Pone orden en el orden creado y en la vida espiritual. Hay quienes
no se sienten atraídos a ayunar a pan y agua, pero también hay cosas de que
podemos privarnos: el mal carácter, la pereza, la soberbia, el egoísmo, algún
pecado al que estemos apegados, etc.
San
Basilio dijo que el ayuno es el arma para protegernos del Maligno.
Cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley, previamente
ayunó 40 días (Ex 44). Nuestro Señor ayunó cuarenta días, antes de su vida
pública. Y resistió tres tentaciones del Maligno. Jesús preparó a la humanidad
para resistir al diablo. El ayuno es como un regalo a Dios para reconocer su
señorío y buscar su rostro.
El ayuno no es fácil, pero tampoco es difícil pues, si lo
pides, Jesús ayuna en ti. Hemos de formar nuestro cuerpo y nuestra mente. El
punto importante es que ayunemos, sobre todo, los viernes. Pedir por las
intenciones de la Sma. Virgen, por la conversión de los incrédulos, por las
familias y los sacerdotes.
Hay que prepararnos con la oración. El ayuno ha de ser
gradual, para ello, se ha de planificar. El ayuno es un arma para cambiar al
mundo y lo que te rodea. Además, con el ayuno, relativizas más las cosas.
Las
Virgen nos enseña cómo ayunar los miércoles y viernes
El ayuno purifica el alma. Quien ora no teme el futuro y
quien ayuna no teme el mal. Con la oración y el ayuno pueden detenerse las
guerras. Es un modo de someter al cuerpo y a sus instintos. Es un acto para
generar reparación a Dios. Cuando hacemos este acto de entrega que es el ayuno,
nos volvemos más fuertes. Con el ayuno y la renuncia seremos más fuertes en la
fe, ¿Cómo debe hacerse? Puede ser a pan y agua. ¿Qué días? El miércoles y el
viernes, es decir, dos veces por semana.
El primer día de ayuno se hacía, en la Iglesia primitiva,
por la conversión de los pecadores, pues ese día la Iglesia recordaba la
traición de Judas.
Con el ayuno y las oraciones se pueden detener muchas cosas
destructivas y se pueden suspender las leyes de la naturaleza. Todos pueden
ayunar excepto los enfermos. También se nos sugiere rezar el Rosario todos los
días.
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