¿Quién soy yo?
El cerebro –el que más sabe- es el que debe mandar. Pero hay quienes afirman que les interesa más que nada lo que sienten. Los sentimientos son volubles. El hedonismo es la ideología que cifra la felicidad del hombre en el placer sensible: la felicidad está en tener muchas cosas. Aquí se trata de huir de todo lo que produzca dolor, sufrimiento. Importa hacer lo que apetece, por lo tanto, no hay ninguna referencia a lo que está bien o está mal, sólo se da rienda suelta a los instintos, que es la parte animal del ser humano. Algunos jóvenes, desorientados, ven que no hay referentes comunes porque carecen de identidades fuertes, así, la persona no sabe quién es. Tiene vivencias, posee su propia narrativa, pero no distingue su mano izquierda de su derecha, ni distingue el bien del mal. A veces han sido arrastrados por corrientes ideológicas que se presentan en el cine donde falsamente se les dice que cada uno traza su propia identidad, independientemente de su biología y su intelecto.
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