Superar el derrotismo en la tercera edad
No todos los seres humanos crecen, se desarrollan y
envejecen en forma similar, por eso se habla de una edad cronológica (la que se tiene), una edad biológica (conforme al estado de los órganos) y edad funcional (actitudes, actividades y
pensamientos positivos). Hay personas jóvenes “envejecidas” por el uso de
drogas, el abuso de placeres o experiencias vitales no saneados o liberados.
La vejez es un problema de carácter social. Los grupos
clave en este problema son los grupos de jóvenes pues son los que determinan el
estatus y la posición de los adultos mayores en el orden social. La vejez no
tiene que ser el punto más bajo del ciclo de vida. El envejecimiento
satisfactorio se da cuando se cuenta con esa persona para algún trabajo. Cuanto más activa permanezca una persona
mayor, más satisfactoriamente envejecerá. La interacción social con familiares,
vecinos y amigos ayuda a ser felices, como afirma Aristóteles.
En Israel y Holanda se han creado programas donde se
mezclan los niños, los jóvenes y los ancianos, logrando que estos últimos se
sientan útiles y acompañados, y los primeros aprendan de su experiencia y
afecto. En los lugares donde prevalece la familia extensa, como en México y
algunos países latinoamericanos, no se tiene que organizar lo anterior pues se
da sólo.
Todos nos preguntamos alguna vez como tener una
ancianidad decente. La senectud es una etapa en la que el cuerpo se prepara
para el declive de la vida. ¿Cómo prepararnos a esta etapa?
Marco Tulio Cicerón explica en un brevísimo tratado sobre lo que para él supone
la vejez, en De senectute (año 44
a.C.). Es un diálogo dedicado a su amigo Catón el Viejo. Catón comienza
diciendo que es típico que el más joven quiera alcanzar la adultez, pero cuando
llega, quiere deshacerse de ella. Lo importante es pasar por este mundo
haciendo acciones buenas. Concluye diciendo que la senectud puede ser uno de
los mejores momentos de la vida.
El envejecimiento supone un declive irreversible en el
cuerpo. Se pierde elasticidad y humectación en la piel, por ello se recomienda
tomar dos litros de agua al día. Mucho depende también del cuidado que se haya
tenido de la columna vertebral, de las posturas corporales en el trabajo y en
el descanso y del ejercicio diario. Muchos jóvenes se sientan como quien se
desliza, cruzan la pierna, etc. Todo ello deteriora la columna.
Otra característica de la tercera edad es que casi
siempre hay un declive en la memoria. Además, decrece la curiosidad, la
indiferencia ante lo que sucede en el mundo. Aunque no faltan viejitas
chismosas que no pierden la curiosidad porque tienen la cabeza hueca. La
ausencia de curiosidad lleva a la persona a refugiarse en rutinas y hábitos
donde se siente segura. Hay temor a estorbar, a sentirse poco útil. En la
senectud la persona teme ser abandonado, teme caerse o enfermar; también
desconfían de los demás. Por ello es importante rodearles de cariño y saber
escuchar lo que relaten aunque ya lo hayan hecho varias veces: Ellos disfrutan
de contar sus recuerdos felices. La expectativa de vida de los mexicanos es de
78 años.
La actitud ante este deterioro puede ser muy distinta
de una persona a otra. Hay quienes hacen de la necesidad, virtud, como reza el
dicho popular. Hay que conocer y aceptar los propios límites; lo más difícil es
admitirlos, pero se logra si nos lo hacen ver con serenidad y amor. Lo importante
es irse preparando para esta etapa final; hacer planes con el tiempo que nos
queda. Hacer lo que no habíamos podido hacer: caminar por parajes hermosos, leer
unos libros, escuchar música, hacer poesía, pintar, escribir, viajar, reanudar
amistades, realizar alguna obra de beneficencia o de misericordia, etc. Lo
importante es cuidar a nuestros ancianos para que puedan vivir mejor su vejez y
morir mejor, con tranquilidad y paz. Pero no faltan los hijos ingratos que no
tienen paciencia con sus ancianos o hacen nada por ellos, o quizás hasta los
maltratan, después de que han recibido la vida de ellos y tal vez mucho más.
Una señora mayor recibió este mensaje de sus tres hijos: “Fuiste una buena
madre pero nosotros no vamos a ver por tu vejez pues no podemos y no queremos. ¡La
neta!”. Un sabio comentó que una vejez deshumanizada es un fracaso de la
civilización.
En el año 2017 había 11 millones de personas ancianas
en México, es decir, el 11% de la población. En Italia hay casi el doble de
ancianos que de jóvenes.
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