La comunicación asertiva
Las
relaciones humanas son una de las cosas más
difíciles de la vida, por eso es importante reflexionar sobre ellas. ¿Por
qué? Porque somos diferentes e interpretamos
los hechos de modo diferente. Y, además, el uso del celular quita mucho tiempo para
las relaciones familiares y para escuchar a las amistades. Pero podemos tener
un sueño que nos mantenga despiertos porque lleva a un mundo mejor.
La inteligencia emocional es la capacidad
de comprender, controlar y utilizar las emociones propias y de los demás para
bien. Esta habilidad puede ayudar a las relaciones interpersonales. La
inteligencia emocional es saber manejar nuestros sentimientos inteligentemente.
Todos necesitamos relaciones cercanas y amistosas y para ello requerimos saber
unir los pensamientos a los sentimientos.
Tim Gallewey era couch de tenistas. Casi todo el
tiempo estamos viendo hacia afuera y dedicamos poco tiempo a nuestro interior,
pensar e interiorizar es uno de los actos más fructíferos en nuestras vidas.
Hay que conocernos, tomar lo de afuera, analizarlo y llevarlo al interior. Hay
que mejorar toda la vida.
Es esencial
que las emociones no me manejen a mí, yo debo manejarlas. Hay que darnos cuenta
cómo está el otro, es decir, percibir las emociones de la persona, del entorno
o del ambiente.
De entrada,
hay que esperar cosas buenas de las personas, porque así responden de acuerdo a
lo esperado.
Leticia Rico de Vargas hace una
propuesta: Para mejorar hay que cuestionarnos. Las preguntas que nos hacemos han de
ser inteligentes y concretas: ¿por qué gritaste en esa situación?, ¿por qué
rechazas a tal persona?, ¿soy afectivo o frío?, ¿cómo reacciono ante la
tristeza?
¿Cómo puedo tener un buen manejo de
mis sentimientos?
Hay que analizar primero lo que me está pasando y ponerle nombre. Hay que saber
qué te afecta y qué te equilibra. Hay que buscar el origen de lo que nos causa
ese sentimiento. Hay que aprender a controlar las reacciones que provocan en mí
los gestos o las opiniones de determinada persona. Hay que buscar ayuda
profesional cuando el obstáculo es mayor que uno mismo. Una persona cercana es
la adecuada para apoyar. Hay que desahogarse, y si no basta, hay que sanar.
Para
conocerse a sí mismo hay que conocer cuál
es el sentimiento qué más me afecta. Quizás me afecta cómo me ven los demás
o darme cuenta que soy egoísta; a otros les afecta lo que piensan va a pasar en
el futuro.
La prisa hace estragos. La prisa llena al
ser humano de estrés y de cortisol (las glándulas suprarrenales segregan el
cortisol). La vida actual hace que se produzca más cortisol y, por tanto, se da
la angustia, la ansiedad, el estrés o el miedo. A la larga eso afecta al
cerebro.
Lucy Rico de
Vargas afirma que hay que cuestionarnos algunas otras cosas:
Un sentimiento que cuesta controlar
es la ansiedad, hay
que discernir: ¿qué lo provoca? Querer hacer bien las cosas, quizás la falta de
tiempo. ¿Con qué ideas relacionas ese sentimiento? Con la responsabilidad, con
la aceptación de los demás.
¿Con qué relaciono el sentimiento
negativo al que me enfoco? La ansiedad la relaciono con el “qué dirán” o con que no he estudiado lo
suficiente un tema o no he preparado la comida, o no quiero expresar lo que
pienso porque el público está en mi contra.
Mencionar dos pensamientos
distorsionados:
“Siempre me piden a mí que haga todo”; “cuando pido algo me dicen que no hay
dinero”.
Piensa dos acciones que puedas realizar para
que este sentimiento negativo no te domine: Esperar cosas buenas de los demás,
si hay que corregir, hay que hacerlo con dulzura y delicadeza. Tener paciencia.
Piensa o
examina dos habilidades que tienes en las relaciones humanas y dos
deficiencias, para conocerte mejor.
Todo lo que
hacemos comunica: palabras, gestos, posturas, silencios, ademanes, miradas,
interrupciones, ver o no ver a los ojos, etc. Lo más importante es la gente que
tenemos enfrente y nos habla. Escuchar
es un arte, es un regalo y es esencial para la comunicación asertiva.
La película
de Arthur
es muy buena para ejemplificar estos temas y saber que el buen ambiente se construye.
Libro:
Jirina Prekor, A través del amor
sobrevivimos, Ed. Propia. Jirina es checoslovaca.
Comentarios
Publicar un comentario