Sexualidad e intimidad
La
sexualidad afecta lo más íntimo de nuestro ser. Concierne a nuestra
afectividad, a nuestra capacidad de amar, a nuestra relación para establecer
vínculos con otros. Por eso la afectividad ha de ser protegida por nosotros
mismos, porque no nos dejamos tocar por extraños aunque la caricia parezca
tierna e inocente, ya que nuestra intimidad está reservada para un amor
verdadero, no para excitar la pasión desordenada y malsana. Sólo esta capacidad
de custodiarse hace posible el don de sí mismo.
La realidad es que somos frágiles, vulnerables a lo que
vemos, leemos o vivimos. Hoy día está de moda ver pornografía, y la persona no
advierte el daño que le puede hacer. La pornografía mata el amor. Hay quien
sale avante de esta adicción, pero hay quienes caen como en un abismo. Somos de
carne y hueso y sentimos, percibimos, y no siempre tenemos la fuerza para
vencer los vicios y adicciones. Se necesita un gran amor a la verdad, al bien y
a Dios para salir victoriosos.
¿Qué es el pudor? Es no exhibir el cuerpo, partes íntimas
de él, ni la intimidad personal. ¿No sucede lo mismo con los sentimientos
íntimos? Si se guardan en secreto o se confían a unos pocos, mantienen su
significado. En cambio, revelados indiscretamente a cualquiera, se convierten
en un objeto anónimo de curiosidad y de cotilleo. En un ensayo, Jacinto Choza
hablaba de "la supresión del pudor" como uno de los signos
definitorios de nuestro tiempo. Si desnudarse fuera lo normal, la vergüenza
sería antinatural, pero la vergüenza es un instinto de preservación de la
intimidad, no un prejuicio adquirido.
La sociedad entera tiene la percepción de que existe un
límite. Pero muchos anuncios te invitan a “romper límites” e impone la falta de
sobriedad o de pudor. Vivimos en una sociedad hipnotizada por el sexo. La
novedad actual es que nadie de avergüenza de llevar parte del cuerpo
descubierto. La trasgresión ya no se considera la ruptura de un orden profundo,
indispensable para evitar precipitarse en la animalidad.
El ser humano puede quedar desprotegido, a base de
desproteger el pudor, en tres campos: el
lenguaje, el vestido y la casa. A través de la palabra podemos dar a
conocer nuestra intimidad al mejor amigo; a través del vestido cubrimos nuestra
intimidad corporal de los ojos extraños. Cuando invitamos a una persona a
nuestra casa, la invitamos de algún modo a nuestra intimidad.
Y ¿de dónde proviene esta moda de tomarse a la ligera la sexualidad? En parte de las
clases de educación sexual dada con programas estadounidenses. Bajo la bandera de “educación”, los llevan hacia
experiencias sexuales que conducen al embarazo adolescente, al aborto, a las
enfermedades mentales y físicas y/o a problemas emocionales.
Se confunde una
educación sexual con enseñar erotismo, y lo que se requiere es hablar con
naturalidad de la sexualidad, que se aprenda qué es la privacidad y el respeto
a su propio cuerpo y al de otras personas. A los jóvenes hay que decirles que
la masturbación es pésima pues los hace egoístas, y a la hora de casarse, van a
buscar sólo su satisfacción, olvidando a su cónyuge.
La auténtica
educación sexual, caracterizada por la formación
y la información, es indispensable,
pero no la explicación de todas y cada una de las técnicas sexuales, donde
desaparece el amor espontáneo y sólo queda la biología. Y más aún, donde
reducen la educación sexual al aprendizaje de los caminos para obtener placer,
aun cuando esos caminos sean perversos.
Actualmente los
jóvenes están bombardeados con
imágenes de sexo, pero quizás los mayores violadores son los que les dan
instrucción sexual sin una base moral. Éstos empiezan por dar una explicación
de la biología humana básica, donde todo
parece inocente; pero así empiezan para luego dar grandes zancadas para
describir al detalle toda actividad sexual imaginable.
Actualmente las
clases de educación sexual amplia o comprehensiva son una variante del abuso de
niños, ya que destrozan sistemáticamente la modestia natural de los infantes,
tira sus barreras protectoras contra lo obsceno. Ello viola el alma infantil.
Estos grupos seducen a la gente joven para llevarles al sexo prematuro, y luego
explotan esa caída dándoles los medios para que sus víctimas crezcan adictos a
justificaciones, a excusas, a anticonceptivos y al aborto. Algunos cultivan así
el futuro mercado para sus productos.
Delante de nuestros ojos desfilan todos los días modelos
innumerables de hombres y mujeres contradictorios, vacíos de personalidad. La
falta de interioridad de una persona la conduce a imitar lo que hacen los
demás, a ser borrego, sin descubrir su aporte personal único, hecho
que hace de la persona una novedad radical. A la pregunta corriente sobre qué es el sexo, cabe
dar una respuesta superficial, en la vía de la “química”. Y cabe una respuesta
rigurosa, fruto de muchas horas de estudio, reflexión y de saber que vales mucho.
Comentarios
Publicar un comentario