Aborto y ciencia
Con el aborto no se previene
ningún daño, solamente “incrementa el número de muertes maternas ocasionadas
por las complicaciones propias del legrado”, dice el Dr. Balcázar, y la
complicación número uno, dice este ginecólogo, “es la hemorragia, y segundo, la
posible perforación uterina (…). La tercera complicación son los riesgos
anestésicos”. A esto se arriesga a las mujeres en México con la NOM-046.
En este mundo hay una batalla
entre la vida y la muerte. Hay quienes cambian la ciencia por su ideología. Los
pro abortistas niegan lo que la ciencia afirma: Que la vida empieza con la fertilización. Ignoran la
medicina básica porque sustentan una ideología.
El aborto es el ‘sin sentido’ de
toda cosa. Es la muerte que vence contra la vida. Es el miedo que vence sobre
el corazón porque el contrario quiere combatir y vivir, no morir. El aborto e
elegir quién tiene derecho de vivir y quién no. Es una ideología que vence
sobre una humanidad a la cual se le quiere quitar la esperanza. Admiro a las
mujeres que entre miles de dificultades tienen la valentía de seguir adelante.
“El bebé es de mi propiedad”, decía una mujer. Entonces,
¿es una especie de esclavo?... O es un ser humano con derechos. Las discusiones
sobre el aborto nos ponen ante el tema del valor del ser humano. Si hay vidas
que no tienen valor (como las de los embriones), ¿por qué las demás vidas sí la
tendrían? Decir que el feto no es personas es una afirmación poco científica.
Hay países que incluyen en sus leyes el derecho de los no nacidos a heredar.
Las falsas e ignorantes amigas
que aconsejan la “pastilla del día siguiente” a su amiga, la condenan a ser estéril
para el resto de su vida, y se lo toman a la ligera como si la invitaran a
tomar un helado.
Para hacer una ley respecto al
aborto hay que mirar al menos dos perspectivas: La de la madre y la del niño,
sino, es imposible que solucionemos el problema.
Una filósofa norteamericana
explica: Los verdaderos derechos humanos son para promover la vida y la
libre voluntad. Ser humano y ser bueno son la fuente y la cumbre de los
derechos humanos universales. El ser y el bien son el Alfa y el Omega de los
derechos humanos. El ser y el bien son la esencia de la vida (Janet Holl
Madigan, Universidad de Maryland, College Park).
Algunos legisladores se atienen
a las leyes. Son positivistas. No cuestionan si la ley está en armonía con el
derecho natural o sin va a beneficiar o a dañar a la persona, basta con que sea
una ley aprobada, y la aceptan. ¿Las leyes humanas son perfectas? Si así fuera,
serían inmutables, pero no son perfectas, por eso los legisladores tienen
sesiones periódicas para cambiarlas.
Como los que defienden el aborto
no tienen argumentos racionales, se cogen de las leyes, y las leyes muchas
veces están equivocadas. Todos somos responsables de lo que sucede. El aborto
sólo puede estar presente en la sociedad sobre la base de una mentira. El
aborto es la destrucción directa de un ser humano inocente. Decretar un aborto
es dar pena de muerte sin juicio.
El hijo reclama nacer del amor conyugal, y no de cualquier
manera, ya que él “no es un derecho sino un don” (CEC 2378), fruto del amor de
sus padres (cf. n 81). Además, la familia es el santuario de la vida, no el
lugar donde la vida es destrozada.
Al aborto se le considera un
servicio de salud pública. ¿Qué tiene que ver con la salud un procedimiento al
que entran dos personas sanas y al salir, una está muerta, y la otra
completamente destruida? Muchos callan los riesgos que el aborto supone para la
madre, y, una vez hecho, ocultan los restos de su hijo muerto.
La mayoría de la gente ignora lo que es
abortar. No conoce el sufrimiento de la madre y del feto en el proceso de
muerte del hijo.
Ninguna sociedad había dicho antes: “Vive tu impulso sexual
como quieras”. Al contrario, desde tiempo de los griegos se veía la templanza
como una cualidad necesaria para llevar una vida noble y plena.
Existe una constante histórica según la cual un sistema
político en crisis multiplica la producción legislativa y enmaraña las leyes,
dice Vittorio Messori. Se multiplican las palabras y las frases elaboradas,
para no afrontar los problemas de fondo. Se quieren resolver los problemas
sociales con la promulgación de leyes. Esto da lugar a numerosos conflictos. El
aborto no previene el embarazo, lo termina violentamente. Detrás del aborto hay
una guerra espiritual que mucho no alcanzan a ver.
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