La valentía de afrontar retos
La valentía de afrontar retos
Que algo
sea posible o imposible, no depende tanto de la realidad, sino de mi capacidad
de afrontar retos, de mi capacidad de “afrontamiento”. Educar las emociones es
enseñar a afrontar retos. Los pilares de una personalidad madura son: capacidad
de abordar lo arduo; capacidad de retardar el deleite; capacidad de reconocer
al otro como “otro yo”; capacidad de decidir atendiendo a lo real. Retrasar el
deleite es el principio de la templanza, es educar el mundo emocional.
Cuando un
ateo dice que es infeliz, está en camino de búsqueda. ¿Puede haber felicidad
auténtica prescindiendo de Dios? La experiencia demuestra que no se es feliz
por el hecho de satisfacer las expectativas y las exigencias materiales. La
única alegría que llena el corazón es la que procede de Dios. Tenemos necesidad
de la alegría infinita.
¿Qué motiva
el mal? No nos entendemos a nosotros mismos al hacer el mal que no queremos y
no hacemos el bien que queremos, como San Pablo. Cuando hacemos el bien hay
alegría, gozo, cuando elegimos el mal estamos tristes, nos sentimos miserables.
Somos
capaces de resolver problemas y de crearlos. En el hombre el tiempo es
completamente relevante. El hombre no tiene instintos, tiene reflejos y
tendencias. Somos completamente impredecibles, improbables. Sólo hay dos
opciones: Somos fruto del azar o
somos frutos del querer de Dios, en
este caso, somos predilectos. El fundamento de mi existencia es un querer, el
querer de Dios, es una libertad. El hombre es radicalmente hijo, querido
sobradamente por Dios.
Peter
Kreeft explica: El “yo” lleva dentro un misterio, más que un problema. Podemos
controlar y predecir los problemas; el ser humano es impredecible. No puedes
conocer a la persona científicamente, “colectivamente”, sólo la puedes conocer
personalmente. Se puede ser expertos en problema; pero hay cosas que sólo se
conocen por amistad, por el cariño, por el amor. ¿Quién
te conoce mejor? ¿El sociólogo, el psicólogo o el mejor amigo? Si te conoce
bien un psicólogo te ayuda más por la amistad que ha crecido entre ustedes, que
por las terapias.
El filósofo
francés, Gabriel Marcel, piensa que lo más fácil para entender el ser y la
ontología de la naturaleza, hay que estudiar la santidad. Hay dos premisas: 1ª Para
entender al ser hay que tratar de entender nuestra propia existencia. 2ª Cuanto
más entiendas la existencia humana, el yo, más entiendes la realidad. No hay
seres humanos sanos, todos tenemos conflictos, enfermedades físicas, psíquicas
o espirituales. La enfermedad es la norma, pero los santos no se conforman con
la norma.
Para
entender cualquier cosa, se entiende en su estado perfecto. Un bebé es perfecto
en el seno de su madre y los sentidos que tiene lo va a usar en la vida, no en
el seno materno. El ser humano perfecto, si la santidad es el sentido de la
vida, hay que entender la santidad. Jesús no dice: “Trata de hacer las cosas un
poco mejor”, sino que afirma rotundamente: Deben
de ser perfectos como mi Padre celestial es perfecto. Él es nuestro
Salvador porque nos saca del pecado y nos da la fuerza para superarlo y para
ser santo.
Hay sólo dos
cosas que quiero saber, le dijo San Agustín a Dios: quién eres Tú y quién soy
yo.
Hay sólo dos
cosas que quiero saber, le dijo San Agustín a Dios: quién eres Tú y quién soy yo. León
Bloy, literato francés, afirma: Sólo hay una tristeza: no ser santos. La
santidad es para todos, no sólo para unos cuantos designados para ello. Eso
quiere decir tenemos una obligación moral, eso quiere decir que puedes serlo.
¿Pr qué no soy tan santo como los primeros cristianos? Porque no me lo he propuesto.
Dios quiere que le amemos con todo el corazón, con toda el alma, con todas
nuestras fuerzas y con toda nuestra voluntad. El pecado es desobediencia y separa
al alma de Dios y de sí misma, aliena, nos rompe. Nos rompemos cuando decidimos
ser lo que no somos. Buda dice: “Deja de desear”, da una curación errónea.
Encontramos dos voluntades en nosotros, una que busca la apariencia y otra que
busca la verdad.
No vivimos
en una sociedad pagana sino en una sociedad descristianizada, ¿qué puede salvar
nuestra civilización? Ninguna civilización se ha salvado sin fortalecer a la
familia. Este es el fundamento fundamental de la sociedad y se va a colapsar
sino se restaura, ¿cómo? Los santos salvan las civilizaciones. ¿Cuántos santos?
No lo sabemos.
Jesús es la
luz que ilumina a todo ser humano que llega al mundo, redime a todos pero no
todos corresponden. ¿Cómo lo conocemos? A través de los que lo conocen mejor,
los santos. Tenemos la tarea de vivir las virtudes pero no bastan las virtudes
solamente. El universo físico es hermoso, eso nos hace suponer que el universo
espiritual también lo es, y más. Madre Teresa llevó a que muchos se enamoraran
de Jesucristo por su vida y sus obras. Decía: Dios no nos puso en este mundo para tener éxito sino para vivir de fe.
Cuando
empiezas a encontrarte con Dios, empiezas a entender lo que el bien es. Muchos
santos podrían llegar a ser criminales. Si no ofendes a nadie no haces el
trabajo de Dios; no se trata de omisiones sino de hacer el bien que Dios nos
pide a cada uno. Hay cosas no negociables: Dios es todopoderoso, es todo Amor,
Dios es Sabio. Lo que temes, las tentaciones que tienes son parte del plan de
Dios, confía en Él.
La gente
sufre porque pierde la vida de fe, porque creen que no necesitan a Dios, que
ellos pueden solos, y lo ignoran. Tenemos que ser auto críticos. La perversión
siempre es la perversión de algo o alguien bueno. El primer reto es ser hombre
de principios, de convicciones, y eso implica varios pasos: buscar la verdad,
encontrarla y –una vez encontrada- comprometerse con ella. Para buscar la
verdad desinteresadamente hay que vivir los Diez Mandamientos, que son de ley
natural, es decir, todos saben lo que está bien o mal, si no se han involucrado
con el corazón en una mala conducta previa.
Los
verdaderos amigos no son perfectos pero son héroes, como Sam, el personaje de El Señor de los Anillos. Los cristianos
pensamos que Jesús es perfecto Dios y perfecto hombre. Si el sentido de la vida
es llegar a ser santos, todo adquiere sentido.
Algunas ideas fueron tomadas de la conferencia
impartida por Peter Kreeft, de Boston College, en el norte de Estados Unidos: Becoming a saint.
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