Hacer un buen ambiente
En
esta época en que todo el mundo está más sensible y algunos se molestan, se
entristecen o se llenan de ira por nimiedades, podemos tomar en cuenta una
frase: “Si no vas a decir nada bueno, ¡cállate!, y mejor sonríe”.
Todos
podemos colaborar a que el ambiente sea agradable a través de detalles como dar
las gracias, preparar pequeñas sorpresas, aprender a tolerar defectos y a tener
tolerancia a la frustración y a hacer cosas juntos, como jugar, escuchar
música, leer, poner orden, limpiar, resolver pendientes y dejar un espacio para
rezar.
Cuando
surja la tentación de quejarse hay que acordarnos de lo que en estos momentos
hace el personal sanitario en los hospitales: Se están dejando la vida en
atender a más enfermos que nunca antes. Hay que volver a aprender a convivir,
agradeciendo a los demás los pequeños servicios ya que estamos para ayudarnos
unos a otros. Así que lo importante es reivindicar el afecto y la ternura.
Necesitamos sentirnos queridos, y a eso ayuda la empatía, la bondad. Es muy
gratificante ayudar y pensar en hacer felices a los demás. Hemos sido creados
para ser buenos.
¿Cómo
quieres que te recuerden los demás? De buen humor, aportando, ayudando a crear
un buen ambiente, o quieres que te recuerden mal encarado, quejándote, de mal
humor, con sensación de pereza No des las cosas por hechas, nosotros podemos
hacerlas. También podemos leer a autores
clásicos.
Borges
resume una actitud que llena el alma en estas líneas:
VALGO
"De
tanto perder, aprendí a ganar; de tanto llorar, se me dibujó la sonrisa que
tengo. Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que,
cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto cómo es el ser
humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a
estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces
a los demás, que aprendí a esperar que me pidieran ayuda. Traté siempre que
todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto, como debe
ser (incluyéndome). Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo, y los
demás que hagan lo que quieran. Vi tantos perros correr sin sentido, que
aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es
seguro, sólo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que
nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban
estar, y quien realmente está interesado en mí me lo hará saber a cada momento
y contra lo que sea. Que la verdadera amistad sí existe, pero no es fácil
encontrarla. Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se
lo pidas. Que ser fiel no es una obligación, sino un verdadero placer cuando el
amor es el dueño de ti. Eso es vivir…La vida es bella con su ir y venir, con
sus sabores y sinsabores… Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de
los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo
amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables. Las
heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien
realmente dispuesto a sanarlas, con la ayuda de Dios. Camina de la mano de
Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado, que las mejores cosas
de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te
buscan. Lo mejor está por venir.” Jorge Luís Borges
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