La soltería como un posible estilo de vida
Muchos jóvenes actuales viven solos, y eso está muy bien
mientras estén acompañados en su interior por Dios; el silencio, la reflexión y
las buenas lecturas les pueden ayudar a tener más conocimiento propio y de
Dios, pero si viven solos para divertirse o por egoísmo, con el tiempo eso
puede llevar al vacío existencial.
Hay jóvenes solteros que viven solos en espera de encontrar
a la compañía adecuada, y elevan su corazón al Señor para acertar en esa
elección, acuden a la Virgen para encontrar a la pareja que les va a hacer
feliz y a quien ellos van a hacer feliz. A veces Dios retarda esa petición
porque no es conforme a su voluntad, porque a veces no pedimos lo que Dios
quiere para nosotros, sino que pedimos que esa persona sea guapa y rica, y
quizás no es eso lo que Dios desea precisamente para mí. “Quien no acierta en
el casar no acierta en nada”, dice el Quijote. El 90% de la gente no pone
inteligencia al elegir. Si te saltas ese paso, es muy fácil que te equivoques.
Muchos ya han hecho un ídolo de barro de sí mismo y se
adoran a sí mismo en su corazón, o esperan un adorador en su pareja.
“El amor cuando llega puede ser muy ciego y cuando se va
puede ser muy lúcido”, dice el psiquiatra Enrique Rojas.
Hay que saber qué busca uno en el otro: características
interiores y exteriores. Si no encuentras a tu pareja, no hay que agobiarse.
Hay que evitar probar, pues se pone cariño y, si viene la ruptura, esa
experiencia puede resultar doloroso.
Para que una relación funcione hay que conocer a la otra
persona. Los hombres y las mujeres no son iguales. El hombre necesita sentirse
valorado, necesario, la mujer necesita sentirse amada. El hombre, cuando está
mal, necesita aislarse. La mujer cuando está mal necesita hablar, hablar,
hablar. A veces el varón no sabe qué le pasa, necesita reflexionar, pero ha de
saber que no somos objetos de placer.
La atracción a veces puede ser tan fuerte que, si no estás preparado, te puede
arrastrar.
Ten un concepto elevado de ti mismo. Puedes partir de un
hecho bíblico: Estás hecho a imagen y semejanza de Dios. Si trasgredes el
Decálogo transgredes el amor.
Hay que conocerse. Hay 4 facetas en mi conocimiento: mi
imagen (la que proyecto), lo que yo creo que soy, lo que soy de verdad y lo que
enseño en las redes sociales (mi imagen digital). Si no hay unidad, eso acaba
por rompernos.
No se trata de satisfacer la carne con el gozo o la gula.
Hay ciertas lujurias que profanan nuestro cuerpo y nuestra alma, que nos llevan
a envilecernos más que las bestias. Hay veces que se evitan los hijos
matándolos en el vientre materno. Pecamos contra Dios, contra nosotros mismos y
contra los inocentes que engendramos. A veces la frivolidad lleva a que la
mujer ofrezca su cuerpo y caiga en el vicio y en el infanticidio. El amor
salva, pero un amor específico: el amor a Dios. No hay que hacer a los demás lo
que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros.
Nuestro Buen Padre sabe que necesitamos el justo reposo una
vez a la semana, y en ese reposo hemos de contar con Él y acordarnos de Él.
Nosotros, insignificantes potencias, hemos de ocuparnos del alma. Para ello
hemos de hacer oración, confesar nuestros pecados y tomar el Cuerpo de Cristo en
la comunión.
Los padres han de hacer de sus hijos un nuevo Cristo,
cuidar la belleza de su alma. Hemos de venerar a nuestros padres. Y ellos han
de tratar de ser personas que luchan por ser según Dios, porque son ciudadanos
del Cielo, pero no será así si se sumergen en el fango.
Los padres deben educar a sus hijos sobre el modelo que es
perfecto que es Dios. El amor nos hace ser buenos formadores. Muchas veces los
hijos representan el fracaso espiritual de los padres. A través de los hijos se
ve lo que valían los padres. El hijo copia al padre o a la madre que tiene
menos metas altas. No hay que juzgar a los padres, sólo amarlos, perdonarlos y
obedecerlos salvo en lo que no es bueno. Sólo Dios es Juez y Juez santo.
Comentarios
Publicar un comentario