La Cruz es signo del triunfo del amor
El amor a la Cruz es algo que no sale espontáneamente. ¿Por qué
habrá querido Dios el camino de la Cruz? Es algo misterioso, pero sin
sacrificio no hubiera sido posible la gloria de la Resurrección.
En una entrevista al Cardenal
Ratzinger, Messori le pidió hacer un resumen de los 20 siglos de cristianismo.
El cardenal Ratzinger contestó: durante
19 siglos los cristianos han aceptado la Cruz, sólo en el último siglo se la ha
rechazado. Es para pensarse pues somos personas nacidas en el siglo XX.
Nuestro Señor Jesús le dijo a Catalina Rivas: Cuando pese sobre ustedes la
cruz del sufrimiento, recuerden que no son sino peregrinos en la tierra. Más
allá de la tumba hay un mundo maravillosamente más bello, que Dios ha preparado
para sus hijos, donde los espera una felicidad mayor que la que merecían debido
a sus sufrimientos pacientemente sobrellevados. (…) Pueden salvar, una inmensa
multitud de almas, de la eterna condenación, si llevan con paciencia esa
pequeña astilla de
Los Apóstoles entendían a veces poco, a veces mucho, pero cuando
Jesucristo les habla de la Cruz, no entendían nada.
Estamos
viviendo tiempos de oscuridad espiritual y a la vez, el mundo nunca ha sido más
atractivo, más seductor, más hechizante que hoy. Nunca como hoy, el hombre había
tenido más propuestas para enamorarse de sí mismo.
No exagerar las
dificultades: Llevar bien las contrariedades
No son contrariedades el que salgan o no las cosas. La única
contrariedad es examinarse y ver que le hemos fallado a Dios en alguna cosa.
A pocos meses de que Juan Pablo inició de su pontificado, su
secretario don Estanislao, le confesó:
─ Santo Padre, quiero decirle algo: ¿Por qué no me regresa a
Polonia? Me siento muy incómodo aquí en el Vaticano, tengo pocos conocidos, no
sé manejar mucho el protocolo, desconozco mucho de cómo se deben hacer las
cosas, su agenda a veces no tengo idea cómo debo priorizarla, etcétera, estoy
muy forzado.
Juan Pablo II se le queda viendo y le contestó:
─ Estanislao, ¿qué te parece si nos regresamos los dos? Por que a
mí me pasa exactamente lo mismo.
Después de aquel momento ya no volvió a tocar el tema.
Santa
Margarita María de Alacoque cuenta: “Un
día se me apareció el Sagrado Corazón y me dijo: ¿Cuál prefieres de estas dos
gracias?: La salud del cuerpo, la alegría del alma debida a la confianza de tus
superioras, la estima y el afecto de tus compañeras y el aprecio de la gente,
o, la enfermedad, la prueba de la desconfianza de tus superioras, el desprecio
de tus compañeras y cien sufrimientos más”. Como Margarita María era
inteligente le contestó al Sagrado Corazón: “Tú
elige por mí”. Y Jesús le respondió: “elijo
la Cruz para ti porque el camino de la Cruz es el que más me gusta, pues por él
es como más os parecéis a mí”. En ese momento vio los sufrimientos de su
vida y tembló, pero pensó: “Cuando un
alma ama, le da al amado lo más precioso que posee. Cuando Dios ama, da el
paraíso, y fuera del paraíso, nada hay más precioso que
Las contrariedades pueden
ser mensajes de Dios.
El Papa Francisco dijo a los Obispos de Panamá: Hay que tener la
capacidad de dejarse incomodar, de dejar que la chuleta se enfríe si hace
falta, para ayudar a los demás.
Lo más
difícil es renunciar a uno mismo, al propio yo: al capricho, al egoísmo. A
donde voy, me llevo. Queremos que
nuestro yo sea exaltado, amado, admirado; y en cambio, Dios nos pide la
conciencia de nuestra nada, de nuestra indigencia.
Nada
podemos sin Él. El amor a Dios no se fabrica, se suplica. Le decía Jesús a una
mística española: “¿Sabes por qué te elegí como secretaria? Porque no encontré
a nadie más miserable que tú”. Y ella lo anotó.
Jesús sufrió más que cualquier hombre. Él no veía el suceso del momento.
Veía las consecuencias que ese suceso tendría en la eternidad; enseñándonos que
el sufrimiento termina, pero los efectos de ese sufrimiento no terminan pues
tienen frutos de vida eterna (Valtorta).
El ser humano que sufre “completa lo que falta a los padecimientos de
Cristo”. En la dimensión espiritual sirve para la salvación de muchos: es un
servicio insustituible. No hay otro camino para salvar al mundo: la Cruz, el sufrimiento. Jesucristo, que es Dios,
no escogió otro camino que éste para ser Salvador. Dios quiere que sepamos que
la gloria se convertirá en Gloria para nosotros pero en la otra vida.
Ante un dolor a veces podemos decir:
−¿Por
qué me pasa a mí,… y precisamente ahora?
− Porque
es lo que Dios precisamente quiere.
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