El diablo es muy guapo
Aguda observación de una pintora,
quien afirmaba que, si tuviera que pintar al demonio, procuraría tener como
modelo al hombre más guapo que pudiera encontrar. Por otra parte, resulta fácil
constatar que nuestros niños y jóvenes le han perdido el miedo al diablo, pues
no les asusta que aparezca en las películas, canciones, camisetas,
videos-clips, etc. Esto me recuerda que el primer objetivo que pretende un
degenerado, cuando se propone abusar de un inocente, es conseguir que éste no
le tenga miedo.
Yo no puedo demostrar que el
infierno existe. De acuerdo, pero ¿cómo quieren que lo haga, con análisis
químicos en un laboratorio, o colocando un poco del fuego eterno en el porta-objetos
de un microscopio; o resolviendo el problema de su tamaño basado en la solución
matemática de Geometría Analítica? Tampoco se puede medir el amor en metros, o
en litros... y claro que sí existe.
Hace años le oí decir a un santo
varón que: “Hay quienes, de forma
individual —y a veces formando naciones enteras— se han propuesto olvidarse de
Dios... y Dios, como castigo, se los ha concedido”.
Si yo conozco la existencia del
infierno es porque Jesucristo nos lo ha enseñado, y eso me basta. Sí, la conozco
a través de la Fe sobrenatural. También sé de la existencia de galaxias, de
fosas marinas, de los virus, y de muchas otras realidades, por medio de una fe
de menor categoría: la fe en los científicos, en los estudiosos, en mis
maestros, en mis mayores, cuando me dicen que no tengo que vivir en carne
propia la historia de nuestros antepasados para aceptarla como verdadera. Sí,
creo en Bernal Díaz del Castillo, creo en el Códice Colombiano que me habla de
la cultura mixteca en su época prehispánica, y también lo que me dice Flavio
Josefo... tengo fe en ellos.
Por otra parte, no puedo aceptar
que un hombre animado por odios raciales le vuele la cabeza a una mujer con un
rifle, y sin arrepentirse por ese, y otros crímenes, vaya a encontrarse con sus
víctimas gozando todos juntos de la felicidad al lado de Dios. También,
moralmente hablando, me resulta lógica la existencia del infierno.
Considero muy importante no
confundir al diablo con un pingo travieso propio de un cuento de fantasía. “La
historia de las derrotas en todo el mundo se puede resumir en dos palabras:
Demasiado tarde”. General Mc. Arthur.
Alejandro Cortés González-Báez
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