La sonrisa
Los orientales tienen un refrán sabio: “Quien no sepa sonreír, que no abra una
tienda”. El rostro es la parte más espiritual del cuerpo humano, el lugar
donde se refleja con más claridad el interior de la persona y sus sentimientos.
La sonrisa es una de las mejores formas de resolver
muchos problemas, y el silencio es la mejor manera de evitarlos. Sonreírle a
otra persona equivale a decir, te acepto, me caes bien.
El
carácter es un modo estable de ser y de actuar. Todos tenemos carácter, pero no
todos tenemos buen carácter, es decir, bien moldeado. De eso depende en gran parte nuestro destino. Si alguien te sonríe piensas: “¡Ah! La esperanza existe”.
La sonrisa es un fenómeno humano de sorprendente
riqueza por ser creado de dentro a fuera, con espontaneidad expresiva, y ser
irreductible a los elementos que lo integran. Si se sonríe uno forzadamente,
hace una mueca. La sonrisa manifiesta una actitud personal de alegría y
beneplácito. Para comprender el significado del fenómeno de la sonrisa, debemos
verlo en bloque, como el lugar en el cual la persona se expresa acogedoramente, dice el filósofo Alfonso López
Quintas.
En su libro Humildad y Liderazgo explicaba el Dr. Carlos Llano: “No dudamos en
advertir que, en un líder, el acto de escuchar y la disposición de ser humilde
se identifican plenamente. Justamente por ello, escuchar es un arte muy
difícil. Para dominarlo, es importantísimo el control de los gestos faciales:
no cabe duda de que una sonrisa es la distancia más corta entre dos personas”.
En cierta ocasión
En efecto, ¿qué
es lo primero que captamos de una persona cuando la acabamos de conocer? Alguno
dirá "su mirada"; otro "su modo de vestir"; otro más:
"su corporeidad", La respuesta quizás más acertada sería "su
expresión".
Muchos problemas
se resuelven con una sonrisa, y muchos problemas se evitan con el silencio.
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