La vampiresa maquillada
Le sucedió a un chamaco que ahora es un universitario
con novia formal
Sus amigos habían logrado arrastrarlo a una
disco de moda para celebrar su cumpleaños. Estaba fascinado por la fama del
lugar y no advirtió las maniobras de la pandilla para encasquetarle a una
vampiresa maquillada de su misma edad. El caso es que de pronto se encontró con
una chavita encaramada en su costado haciéndole preguntas: “¿Cómo te llamas?” y
observaciones: “Eres muy guapo, me gustas, ¿lo sabes?”... que le estaban
haciendo tragar camote. Sintió un gran alivio cuando la chica lo sacó a la
pista de baile. ¡Al menos podría respirar!, pero su liberación duró poco, pues
al son de la música la muchacha se le echaba encima y se agarraba de él como un
pulpo.
Con toda la inocencia de sus quince años
recién cumplidos, y desconocedor en absoluto de la mecánica de ese mundo nuevo,
Enrique se paró en medio de la pista ante la mirada atónita de ella y le dijo:
¾ Oye, ¿tú crees en Dios?
La joven seductora, que en el fondo no era
mala persona, acertó a balbucear, mientras se preguntaba a qué venía al caso
aquello.
¾ Bueno..., sí, claro...
Enrique, ya dueño de la situación, la separó
de sí y haciendo oscilar suavemente su mano entre los dos, le dijo:
¾ Pues déjale espacio, ¿sale?
Javier Láinez

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