La vida de comunión
Louis Cardona
pregunta: ¿Qué palabra usa Dios para explicarnos quién es el hombre? ¿Qué verbo
usa? El Verbo encarnado. En Cristo Dios muestra el Hombre al hombre
(cfr. Gaudium et spes, n. 12), y quien conoce mejor al hombre sino Dios.
Entonces, ¿por qué no dejarle a Él que nos lo explique? Una dificultad para
acoger al Verbo encarnado es nuestro modo limitado de conocer, de conocerlo.
Una persona es una novedad, es un ser abierto que se
pregunta quién soy. Nosotros somos con alguien, sino, no somos.
El hombre es un ser dual. Hay dos dimensiones en una,
hay un miembro superior y otro inferior. En la cual se manifiesta una
estructura donal, que tiene que ver con el amar, en el cual hay un dar y un
aceptar.
Estamos acostumbrados a considerar la vida espiritual
como mirar hacia dentro desde yo, como hacer una introspección. “Vida” es un
sustantivo, “espiritual” es un adjetivo; de modo que vida espiritual
sería una actividad del yo hacia adentro, y esto es un error que tiene
que ver con el límite mental. La vida espiritual consiste en cambio en el vivir
en Cristo, es una ampliación del yo en el yo dual. Esto es así porque el
ser humano para encontrar su réplica (ser en el otro a imagen de Dios personal)
tiene que completar su estructura donal en la dimensión del yo.
Para mí, este es el motivo principal por el que Dios
se hace Hombre, para divinizarnos, para completar nuestra estructura donal, de modo
que podamos experimentar una actividad trinitaria, para que podamos tener una cierta
semejanza con Dios.
Cuando se ama a una persona, hay un impulso que desea
saber hasta los más mínimos detalles de su existencia y de su carácter, para
así identificarse con ella. Este amar lleva a la búsqueda para una
identificación. Cuando se ama no se actúa por obligación.
La lucha interior en la
forma correcta, más que hacer, es eliminar obstáculos. Pasar de vida
espiritual a comunión espiritual. Cuando digo “vida espiritual” he
perdido la dualidad. Debo vivir en dualidad con Jesús ese amor se hace muy
humano y también muy divino. La dualidad se hace con la Humanidad de Jesús.
Nuestro amar humano se vuelve divino, cada vez se va haciendo más perfecto
porque él va tomando posesión de mí. Jesús puede amar a los demás a través de
tu amor.
En la dualidad no separas, pero tampoco
confundes. Mi identificación con Cristo no será nunca completa, pero no debo
oponerme. Quiere que lo que yo hago sea lo que Él hace.
El yo tiene que aprender a escuchar dentro,
a meditar, a recibir noticas de Cristo. Por eso es importante la oración mental,
al principio quiero rezar y recito padresnuestros. Luego
va madurando, ya descubriendo una profundidad, no la piensa. El
Dios pensado es el Dios de tu mente, pero al Dios real lo
acoges dentro de ti. Dios te va iluminando. En la dualidad está este amor
con Jesús. Dios te dice: ¿Quieres mejorar? Y tú dices que sí. Hay gente que se
asusta, y luego dice que no, porque la identificación Con Cristo pasa por el Calvario.
No te tienes que preocupar. Tus ideas -que crees que son tuyas- de repente se
hacen más profundas, en realidad no es que se te ha ocurrido, es una dualidad
que está funcionando.
La actividad de la persona es la búsqueda de la
réplica y por eso está el amar. Tenemos un origen trinitario por eso la persona
busca la réplica. No la podemos encontrar en nosotros porque nuestra persona no
es divina. Para que podamos recuperar ese deseo de Dios, Dios se hace Hombre. Porque
es Dios, Él nos hace penetrar en la Trinidad porque somos la réplica.
Conforme Jesús nos va identificando con Él
– él es el miembro superior-, nuestro amar humano se va haciendo divino.
Jesús es el Hombre perfecto, pero él quiere identificarnos con Él, porque Él va
tomando posesión de mí.
San Juan Bautista, intuyendo esto dice: “Conviene que
Él crezca y que yo disminuya”.
Tu amor es el amor a Cristo. Y con el mismo amor con
que amo Cristo puede amar Él a los demás, tu amor puede ser Cristo que pasa.
Es
más bonito descubrir lo que ha dicho Jesús, porque eso cambia la vida, a
nosotros y a otros. Decimos lo que se nos ha ocurrido como algo normal, pero
hay quien percibe que “algo ha salido de mí porque Cristo está en mí”.
Ideas
de Luis Cardona tomadas al vuelo de una conferencia por Rebeca Reynaud.

Comentarios
Publicar un comentario